Aparece por primera vez en 1884, de la mano del pintor Georges Seurat, el cual llevó a cabo diferentes estudios cromáticos que le llevaron a representar la vibración luminosa mediante la aplicación de puntos que, al ser vistos desde una cierta distancia, componían figuras y paisajes bien definidos.

Durante varios meses dediqué buena parte de mi tiempo, en lograr una técnica fotográfica, sin el uso del retoque digital, que me permitiese acercarme a este estilo pictórico. Probé infinidad de inventos e hice decenas de pruebas con espejos, y cristales sobre los que pintaba puntos de colores, pero finalmente, ninguno de los resultados se acercaba al puntillismo.

Un día, tendí la mano a la suerte y mediante un movimiento milimétrico, muy controlado, de la cámara sobre el trípode, conseguí lo que estaba buscando. Había logrado crear el puntillismo o por lo menos acercarme. Esta serie sobre Impresionismo, busca además mostrar la luz y el color real que emana de la naturaleza en el instante en el que tomé la fotografía, característica esta propia de la pintura impresionista.